En la extensión de pestañas, las tuyas propias serán la base. Esto es importante. Cuanto más cuidadas tengas tus pestañas, mejor será la extensión de pestañas.
Por eso, si estás planteándote hacerte una extensión de pestañas, busca una máscara de aceite de ricino para pestañas. Se vende en casi todas las farmacias. Y es la mejor protección para todo lo que acontezca con esos pelos delicados que hacen de tu mirada un sello inconfundible.
A cada pelo de tu pestaña se añade uno nuevo de material sintético o seda pegado con un pegamento especial y con una técnica llevada a cabo por una profesional. A un milímetro de tu pestaña, se incluirá el nuevo pelo.
Se usan para mejorar la curvatura, densidad, grosor y longitud de tus pestañas naturales. Se trata de conseguir que parezca que tienes varias filas de pestañas. A pesar de que en muchos países, a la técnica de extensión de pestañas se la conoce como mink, visón en inglés, no se utiliza pelos de este animal sino que se aspira a poseer su belleza.
Las extensiones de pestañas son usadas para mejorar en general las pestañas naturales, y pueden ser hechas de varios materiales que incluyen sintético y seda. Pelito a pelito, amiga. Prepara hora y media, mínimo, por sesión. Y, si quieres tenerlas impecables piensa que tendrás que pasar por ello cada tres, cuatro semanas.
¿Y a partir de aquí? A partir de aquí, relájate, porque no necesitarás máscara de pestañas para lucir la mejor de tus miradas. ¿Puedes maquillarlas? Sí, pero por que quisieras, en alguna ocasión, lucirlas de otro color, porque una vez que las llevas es innecesario para que se te vea la mirada profunda. Y puedes correr el riesgo de perder alguna pieza, doblarlas o perjudicarlas. ¿Te compensa?
Haz de tu mirada una firma indiscutible y personal. Siempre cuidándola.